lunes, 29 de abril de 2013

Carta a José Antonio Griñán

Voy a inaugurar este blog reproduciendo la carta que, después de alcanzar otra cima más del cabreo, envié al Pte. de la JJAA, con copia a la Consejera de Educación, al Delegado Provincial, al Delegado del Gobierno de la JJAA en Huelva y al Defensor del Pueblo, que es el único que ha acusado su recibo.

Me dispongo en este blog a decir sobre la Enseñanza lo que vivimos a diario en las aulas, a enfrentarme sin miedo al terror de lo desconocido en que la Pedagogía y la Normativa han convertido la labor de un enseñante... Es mentira casi todo: no se trata de desprecio a la Pedagogía, pero no confundamos la herramienta con el fin: no se trata de "enseñar bien" la Literatura si no estamos trasladando la pasión por leer buenos libros y sus consecuencias; todos los que trabajamos en esto sabemos de sobra qué es una Programación: ¡nada! Sólo sirve para cubrir vergüenzas legales cuando llega la ocasión, algunos llevamos 20 años dando clase y jamás hemos tenido que usarla salvo para delimitar "qué" enseñar (y eso es la Libertad de Cátedra); ayer fueron los "objetivos, contenidos, procedimientos...", hoy las "skills", perdón, "competencias", que se me ha escapado el término anglosajón de la Formación Profesional de la que algún listillo tomó el préstamo mientras se le encargaba relanzar la FP en España..., y se rumorea que él vocablo ya está caduco y se barrunta una nueva verborrea...

Ya estoy harto de que se me mire como guarda de analfabetos funcionales y, encima, con desprecio y autoridad detentada que se me impone. SOY UN FUNCIONARIO GARANTE DE LA LEY Y SU ESPÍRITU, Y MI PRIORIDAD SON ESAS GENERACIONES QUE NECESITAN SABER PARA QUE TIPOS COMO ÉSTOS NO LOS ENGAÑEN Y LOS MANEJEN.

Perdonad mi lenguaje sexista: reconozco todo lo que me reprochéis como cierto, pero es más cómodo y económico decir "todos" y ya está; no me importaría hacer alguna entrada en femenino mayéstatico, si eso place y suple heridas.




Bonares, 10 de abril de 2013

A don José Antonio Griñán: paz.


Apreciado Presidente, éste que escribe es un profesor de Educación Secundaria andaluz desde hace 18 años. He recorrido todos los estamentos de la Educación en nuestra comunidad: comencé explicando “Historia de la Filosofía” en la época de la gran transición educativa con la llegada de la LOGSE, ¡aquellos cursos de COU!, que nos debían dar nostalgia, porque vuelvo hoy a tener 41 alumnos en un aula en la que casi no se pueden mover —¿seguridad, qué seguridad?— y estoy de nuevo con la espada de Damocles de hacer desaparecer mi materia con el señor Wert, en otro momento con ustedes; me consolidé dando clases en un ambiente muy poco estable, y participé en todas las movilizaciones en las que los interinos, en torno al año 2000, decidimos que éramos demasiados y poco estimados por la Institución (casi una década sin convocatorias de plazas de Filosofía)… Finalmente, saqué mi oposición y tengo ya mi segundo Destino Definitivo, confieso que con una cierta comodidad laboral a la que no estoy acostumbrado. Lógicamente no le escribo para contarle esta tontería, pero quería que tuviera usted una mínima noticia laboral sobre mí.

El día 6 de febrero solicité, como es preceptivo legalmente, un permiso para asistir como ponente a un curso, un seminario organizado por la Universidad de Valladolid en torno a la figura del poeta andaluz, de Huelva, de Moguer (casi desde donde le escribo): Juan Ramón Jiménez. Desde hace algunos años, participo en un Proyecto de Investigación I+D+i, con financiación pública, sobre los manuscritos y las ediciones de los inéditos de este poeta. En realidad no debería decirle esto, porque una normativa publicada estando ya trabajando en ese tema nos impedía a los profesores de Enseñanza Secundaria participar en ese tipo de grupos; triste, porque nos condenaba a no poder participar en las investigaciones más punteras, en cada modalidad, que se están desarrollando en nuestro país. Resumámoslo: ésta es la vía habitual de los Departamentos universitarios para adquirir fondos públicos para investigación; prohibir a los profesores de Enseñanza Secundaria participar ahí es castrarlos intelectualmente… pero sigamos. Yo he seguido trabajando en el grupo, he publicado algún artículo, además de tres libros, sobre esas cuestiones y cíclicamente se convoca un Seminario para exponer públicamente, con asistencia de especialistas y alumnado universitario, las conclusiones de los trabajos desarrollados. De hecho, hace dos años fui invitado y participé sin ningún problema, con el permiso correspondiente. En todos los documentos publicados en los que he participado yo directamente, he dejado bien claro mi pertenencia al Cuerpo de Profesores de Secundaria de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, exponiendo el destino que en ese momento tuviera, si no recuerdo mal hasta un total de tres distintos en estos años.

El día 6 solicité el permiso para los días 14 y 15 de marzo. El 7 de febrero, al parecer, lo tramitó la secretaría del centro con registro de salida, aunque el responsable del Instituto lo firmó el mismo día 6. El 4 de marzo, con la cartelería del Seminario ya distribuida en la Universidad y la invitación aceptada, comunico al centro la falta de respuesta por parte de la Delegación: al poco rato, sobre la marcha tras una petición de información recibimos respuesta:

"DENEGACIÓN DE ASISTENCIA A CURSO […]. MOTIVO DE LA DENEGACIÓN: NO ES UNA ACTIVIDAD FORMATIVA, HOMOLOGADA, ORGANIZADA O PATROCINADA POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN (CIRCULAR DE 6 DE FEBRERO 2013; ART. 2 SOBRE FORMACIÓN".

A esas alturas mi extrañeza se transformó en indignación, porque las formas ya dicen mucho del contenido, y está claro que a nadie le importó lo suficiente la solicitud como para haberla estudiado y haber diagnosticado realmente si se trataba de algo serio o no, de un abuso o no... Me pregunto si no habría sido más inteligente, por mi parte, no haber levantado la liebre, asistir al curso y preguntar después...

Pero vayamos por partes: mi solicitud la firmé el día 6, la normativa a que se alude es una circular del mismo día 6, no sé cuándo es la entrada en vigor exacta de una circular interna, pero imagino en este caso los plazos son suficientemente ajustados como para no haber tenido posibilidad de conocer la nueva normativa. Incluso siendo del día 7 el registro de salida, que pudo ser a primera hora; como puede imaginar, de haber conocido la normativa no habría permitido que saliera sellado el documento al día siguiente, cosa que desconocía hasta recibir la denegación y solicitar el documento original de salida. Si hubiera habido mala fe por mi parte, ésa habría sido la solución, y no firmar el 6 y registrar el 7.

Además, y esto es lo importante: no sé si me darán alguna vez el premio Nobel o me invitarán a una "lecture" en Oxford o Cambridge, pero no podré ir por no ser "UNA ACTIVIDAD FORMATIVA, HOMOLOGADA, ORGANIZADA O PATROCINADA POR LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN" (nótese la ironía). Llevamos años preguntándonos por las causas de que nuestro Sistema Educativo esté internacionalmente a la altura de algunos países considerados subdesarrollados, y es hora de nombrar culpables concretos de este desastre: una normativa que impide formarse a un profesor fuera del ámbito de su propia administración, aparte de cateta, es un error de falta de perspectiva (en un mundo como el nuestro donde es igual de fácil comunicarse con el vecino de al lado que con un conocido en Camberra), cuando no, y no lo quiero pensar, una mordaza para estimular sólo las corrientes de pensamiento o pedagógicas que puedan interesar desde una vertiente ideológica.

Hay un requisito indispensable para algo enseñar, que es saber algo. Todo lo demás puede ser discutido: esto, no. Los cursos de formación de profesores a los que asistimos, obligados por el concurso de méritos o los sexenios, hace años que dolecen de cualquier rigor científico, rayando el patetismo más ridículo en la mayor parte de las ocasiones, entre otras cosas porque, a mí, verbigracia, jamás se me ha consultado sobre qué necesidades formativas tenía, y así con la mayor parte de los profesionales que conozco. No quisiera recordarle una conferencia sobre la palabra y el chocolate (de comer) que en cierta ocasión hube de tragar, eso sí: voluntariamente.

Existe el mundo de la investigación, no necesariamente pedagógica; existe el mundo científico, el humanístico, y para un cuerpo de profesores cuya oposición ha sido un examen técnico bastante fuerte, y que en su mayoría posee una titulación superior, no hace falta ser un lince para darse cuenta que ésa puede ser una fuente de estímulo laboral muy importante. Repito, el factor determinante para entrar en este oficio es tener un gran dominio técnico de los contenidos puros y duros de la carrera estudiada; sí, pregúntelo, y si tiene algún conocido docente de confianza que le diga lo que piensa, pregúntele por el "año en prácticas" que algunos se ven obligados a cumplir tras 20 años firmando actas de evaluación de discentes que van a ir a la Universidad...

Y tener carrera académica, persisto, es un estímulo digno que redunda en el beneficio del alumnado, porque el prestigio profesional se traduce en respeto y admiración y ése es un buen caldo de cultivo para la Enseñanza. Cuando nos preguntamos por qué no se respeta a un profesor hoy, la respuesta es compleja, pero entre otras explicaciones está la conversión en "guardas" de las juventudes, encerradas hasta los 16 años en los centros de educación obligatoria dando la sensación de que no somos capaces de hacer otra cosa.

Es verdad que saber mucho no garantiza a un buen profesor. Pero más verdad es que saber nada garantiza uno malo.

No hace mucho se conmemoró en los Centros de Enseñanza (me resisto a cambiar "de enseñanza" por "educativos") la Generación del 27. Muchos de esos autores fueron profesores de instituto: ¿podría hoy haber hecho la misma carrera trabajando para la Enseñanza Pública? No deja de ser un cinismo o una supina ignorancia celebrar lo que se rechaza.

Respecto del permiso solicitado, y dada la inesperada respuesta de la Delegación, me vi obligado a solicitar, por dignidad profesional, dos días sin sueldo que se me concedieron automáticamente, porque eso sí fue estudiado "ipso facto", con otra sorpresa: pedía jueves y viernes y se me sumaron sábado y domingo, es decir: me ha costado dar la conferencia más de 300 euros. Deje que le llore: soy familia numerosa, de 3 hijos, y como comprenderá no me viene muy bien otro atraco más a mi nómina. Fíjese: pago por trabajar y dar prestigio a mis patronos, quizá sea yo la solución de la crisis que la Derecha desea y la Izquierda no se atreve a proponer...

Me paro un instante: considerar el fin de semana como días no vinculados al trabajo porque uno está en un su tiempo libre es uno de los síntomas reaccionarios de nuestra sociedad; el Director General (y usted puede averiguar quién fue) que articuló esta medida reveló ser extremadamente conservador en términos laborales; fue un logro de la clase obrera que el fin de semana o las vacaciones, siendo tiempo libre, en realidad fueran parte de los contratos. Quiero decir que el trabajador en un día de fiesta o de fin de semana puede hacer lo que quiera con su tiempo; vincular el trabajo del viernes a lo que vaya uno a hacer el sábado no resistiría un examen mínimo por parte de un Juez, pero ni tenemos sindicatos, ni políticos, ni Jueces (muchas veces) bien formados que pongan orden en este desastre caótico en que se está convirtiendo la Administración.

Le resumo: un profesor de Bachillerato, por ir a dar una conferencia de clausura a una Universidad durante un seminario técnico de investigación, financiado con capital público tras cumplir una serie de requisitos también públicos de excelencia, ha obtenido como premio: no tener permiso para hacerlo como parte de su trabajo, tener que perder 4 días de salario y, por tanto, pagar más de 300 euros por asistir.

Yo no reclamo el dinero. Quédese por ahí. Me vendría bien, pero tengo dignidad, que no está de moda pero si uno la luce: viste.

… Añada a todo esto que en el último concurso de traslado me dieron 0 puntos por mis más de 20 artículos o más de 10 libros publicados, sólo o en colaboración, incluida una publicación para la Biblioteca Escolar de Andalucía de nuestra Consejería con una guía didáctica, para las que por cierto, tras una llamada telefónica, cedí sin compromisos mis derechos "ad eternam" a fin de que se pudiera colgar en internet a mayor gloria nuestra Consejería. En el concurso anterior me dieron el máximo número de puntos, tras una reclamación, por algo menos de lo mismo y sin cambio de normativa; creo que esto se llama indefensión jurídica.

… Añada igualmente que tampoco se me han contabilizado los tres certificados anuales firmados por la Dirección General oportuna del tiempo que pasé coordinando, entre otras para la misma Consejería de Educación que me firmó el convenio para trabajar en ello, los programas de conmemoración de Juan Ramón Jiménez, 2006-2008, precisamente.

Soy asesor de música del Circuito Andaluz de Música de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y pertenezco al Consejo Asesor Literario de la Diputación Provincial de Huelva, que por cierto me ha convocado para una reunión en tiempo de trabajo de instituto; no he podido presentarme. No cobro por ninguno de los dos cargos, salvo alguna dieta en el primero cuando nos reunen. Me veo obligado a no ir a las reuniones, a engañar a la misma Administración que me llama, o a arriesgarme a que pase algo y no lo pueda justificar. El colmo es haber engañado a la Consejería de Educación para poder ir a dar una conferencia o una lectura a un ¡Instituto Público! de la Consejería de Educación... y no me ha pasado sólo una vez. Si esto no es una vergüenza... ¿Por cierto, cree usted que debería dimitir de estas "colaboraciones públicas"? Quizá se podría publicar en un BOJA una Orden para evitar que seamos nombrados, a pesar de los posibles méritos...

Cuando alguien le pregunte por qué el Sistema Educativo español es un puto desastre, ya lo sabe, por si alguien no se lo había explicado claro. Aquí tiene todo un programa para que sepa por qué los profesionales somos tan dejados, indolentes y poco colaboradores; a palos aprende uno. No paro de recibir solidaridad de mis compañeros, que me dicen que no avise de nada y me ponga enfermo la próxima vez, sin ir al médico con baja, porque nos quitáis el 50% del sueldo de esos días —y podría emplear un calificativo bastante soez para quien hace o consiente una norma como ésta, que puede hacer perder bastante salario a una persona diagnosticada con algo grave—. Todo menos trabajar en serio, porque te penalizan por ello.

Fíjese, en este país por lo mismo que en otros te premiarían, subirían el sueldo, agilizarían las tramitaciones, y te darían una posición laboral privilegiada... te mirarán con recelo y sospechas de escaqueo. En qué hemos cambiado desde otras épocas, parece que estamos en la misma España reaccionaria de siempre, "¡Que inventen ellos!" dijo Unamuno, y quizá seguimos exactamente igual.

Pienso seriamente exponer en público la situación y generar un movimiento de renovación necesaria de la Enseñanza Pública, por una cuestión de compromiso ético y profesional; no me mueven más ánimos políticos que los míos propios, pues siempre he creído en el papel fundamental que un buen profesor juega en las dinámicas sociales. Siempre quise ser eso y, perdone la inmodestia, la larga ristra de alumnos que el tiempo me ha hecho dejar atrás me indica que no fui malo del todo.

La "obediencia debida" ya fue desestimada por los Tribunales a la hora de justificar determinadas actuaciones; cuando algo es injusto o inhumano no cabe ampararse en la obediencia. Con total fidelidad a la Enseñanza Pública, insisto, va siendo hora de promover la desobediencia responsable, porque si esta manera de gestionar la Enseñanza ha generado el desastre en el que nos sitúan los índices internacionales: debemos negarnos a continuar mirando a otro lado y colaborando con este crimen contra la Democracia, porque generar la ignorancia, la incultura o la recepción acrítica de la realidad es ir contra la Libertad, y eso está ocurriendo. Dése usted una vuelta por un IES al azar, sin escoltas ni asesores, entre y vaya por un pasillo, hable con una profesora cualquiera, vaya a uno de barriada o de pueblo grande... Ése es el futuro de Andalucía y todos somos responsables, y yo no quiero seguir siéndolo. No debo.

Tenemos "libertad de expresión" y se nos está suprimiendo, al mismo tiempo, la "libertad de pensamiento" por falta de Cultura; aquélla es inútil, si uno no tiene nada en la cabeza. La cita no es mía, sino del todavía tibio Sampedro.

Se promueve teóricamente la "autonomía" de los centros, al tiempo que se deslegitima a los claustros y se articula rígidamente cada paso que se da en un IES. La realidad es, no sé si lo pretendían, que el clima hoy en un Centro de Enseñanza es mucho más asfixiante que hace 18 años, que las Directivas se ven como un mero reflejo de la Autoridad Administrativa y no como profesionales solventes capaces de tomar decisiones; la realidad es que el profesorado salva su culo como puede, en muchas ocasiones habiendo arrojado la toalla, y, mientras mantega a su ganado en el aula, a nadie le importa el desarrollo de su trabajo siempre y cuando algún padre o madre no pase del despacho de la Dirección a la Delegación, entonces todo será rigor y Ley machacante.

Tener atemorizadas a las directivas, perfectamente conniventes en su mayoría, con la telaraña de normativa; situar estratégicamente en los Consejos Escolares a personajes afines; controlar la Inspección para que sólo pueda dedicarse a fiscalizar burocráticamente un trabajo por el que nadie rinde cuentas; realizar mil programas inútiles como cortina de humo para justificar la actividad de unos Centros Educativos donde uno ha de pelear cada mañana con unos pobres adolescentes que apenas saben leer y escribir, y lo que eso implica para poder abstraer ideas, tener criterio y comprender las exigencias de una ética personal... Eso no es ser un buen gestor educativo, yo le acuso; y puede ser causa de la ignorancia, o una estrategia bien pensada. Pensemos lo primero para poder seguir respirando este aire infecto que nos rodea. Porque esta carta debe usted leerla en este clima de degeneración ideológica e intelectual en el que estamos inmersos hoy.

Sabe que la mayor parte del profesorado andaluz firmaría esto que le envío. Sabe que estas palabras no son más que la voz de uno que se ha atrevido a escribir lo que casi todos piensan. Le deseo la capacidad para leer esto en libertad y tomar las decisiones oportunas, que pasan necesariamente por oír, entre otros, a los que saben de Enseñanza real: el profesorado.

Con mucho más que añadir, pero no queriendo robarle más tiempo:

Francisco José Silvera Guillén

Profesor de Filosofía en el IES Catedrático Pulido Rubio, en Bonares, Huelva

5 comentarios:

  1. Un abrazo de alguien que firmaría también esta carta que, con valentía y claridad, explica las miserias de nuestro sistema de enseñanza. Quizá yo sea más pesimista que usted, quizá también sea más viejo y esté más cansado, pero creo que somos un colectivo vencido, hace ya tiempo, además. No obstante, aplaudo sus palabras y las comparto, desde la primera a la última.

    José A. Valderas, profesor de Inglés en IES público, 30 años al pié del cañón.

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  2. Querido José Antonio, no represento a nadie, pero sí tengo claro que somos muchos --por no decir más-- los que pensamos y diagnosticamos así de sencillo y de claro; deberíamos movernos y hacer algo, porque nos van a agotar... más. Gracias por tu apoyo, sinceras, que vienen de un profesional... y las cojo como combustible.

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  3. Querido Francisco,

    He leído la entrada con estupefacción. Lo que no se conoce parece no existir, de modo que gracias por denunciar todas estas actuaciones que no hacen sino cortarle las alas a aquellos profesionales con inquietudes intelectuales.

    Ánimo y a seguir así.

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    1. Querido Adrián, hemos vuelto atrás en muchas cosas, y una de las más graves es el desprestigio profesional del profesorado de Secundaria, en una parte grande ya asumido; el trabajo intelectual se desprecia: vacaciones de verano, se les llena la boca denunciándonos, y aquí estoy: con mi Tesis, preparando una colección de libros, carteándome con ésta y aquél, leyendo como quien necesita sangre, escribiendo... pero eso no es un trabajo de verdad. Eso le contestó Bush a M. Moore, en un gesto de recalcitrante falangismo... si se puede exportar a los USA: "Búsquese un trabajo serio". Un abrazo grande.

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    2. Francisco silvera, como decimos en andalucía, oleee tus huevos. éso te honra,mi mas sentido apoyo. Perdonen por la expresión

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