jueves, 17 de octubre de 2013

Catilina

Lo decía el otro día un profesor amigo: Nos joden por todos lados y, sin embargo, nos escandaliza el que se queja... y ése es el horror del Sistema Educativo, donde la vileza no tiene tope y siempre cabe más.

Si conocen entradas anteriores, soy el idiota que escribió a Griñán para contarle que los profesores no tenemos permiso para dar conferencias... ¿Quién era Griñán?

Pues ahora ha sido algo más sencillo; el IES Guadiana de Ayamonte solicitó a través del Centro Andaluz de las Letras mi presencia para una lectura de mis cuentos. Sí, tengo cuento. Como tantas veces en los últimos años, pedí mi permiso y me dispuse a ir para la actividad educativa y de promoción de la lectura y del libro, como autor andaluz. Pues ya estamos otra vez: me contestan, y ahí tienen el documento a la vista, que no es una actividad homologable. Claro, será algo diseñado por el Opus Dei o una organización anarquista: ¡No! Es una actividad educativa hecha por la misma Consejería que no sabe cómo homologarlo y, sorprendentemente, para la cual un IES va a parar unas clases y desarrollar una actividad complementaria...

Mis cabreos inútiles, que van a minar mi salud, me pusieron a doscientos; no podía creer que tampoco para esto pudiera ausentarme unas horas del Instituto... para ir a otro Instituto. Un cargo de mi Centro consigue hablar con una responsable de Personal de la Delegación, y le dice que desde hace un año hay una Orden que obliga a pedir días sin sueldo a quienes cobren por hacer una actividad. Por eso me la deniegan, existe una Orden que prohibe dar permisos a gente que cobra por un trabajo esporádico. Pero no me dicen cuál es esa Orden, el documento de contestación es prácticamente un ninguneo de la actividad (que la misma Consejería desarrolla, diseña y promociona en los IES) y no aduce esa causa precisamente.

Esto viene de lejos, hace mucho que quieren negarnos estas cosas, ya no cuenta tu currículum sino que no salgas de clase y que hagas "cursillos homologados", nunca técnicos. Un doctorado, por ejemplo, prácticamente es irrelevante, y en el anterior concurso de traslado mis 10 libros y 40 artículos me supusieron 0 ptos., cuando algo menos de publicaciones en el anterior me dio la máxima... Encima inconsistentes. El pasado año me negaron el permiso para ir a dar una conferencia en un Seminario sobre JRJ en la Universidad de Valladolid y otra sobre Rock y sociedad en la Menéndez Pelayo en Valencia...

Yo siempre he pensado que lo que se paga: se paga por preparar una actividad y porque se nos supone una dedicación a lo literario que va más allá de los 60 minutos que se piden; no se paga por esa hora, se paga una vida de trabajo. Pero ese desprecio a lo de cobrar por escribir, al trabajo intelectual, es muy típico de mentalidades incultas y extremadamente conservadoras. Al cobrar se nos descuentan los impuestos, y no es ésta la primera vez que asisto a estas actividades: nunca existió problema alguno y he pagado religiosamente. Y no debería ser raro: primero porque sí, el escritor, como el fontanero, también cobra (¡sorpresa!); y segundo porque no es estrambótico que se ofrezca un estímulo a quien se lo trabaja y lleva años, años, laborando en el silencio de su habitación con textos, libros e investigación. Suelo dar una conferencia o dos al año, suponiendo un buen año de dos, eso me supondría 30 ó 35 euros al mes de ingresos medios por conferencias... comparados con los 42 euros por segundo que ganan algunos futbolistas, sin escandalizar a nadie, sale un retrato poco agraciado de la sociedad española.

En breve la nueva normativa de permisos nos obligará a solicitar 7 días como mínimo para pedir días sin sueldo. Quiere decir que pagaríamos unos 600 euros por dar la conferencia y cobraríamos 200 --apliquen la cuenta de la vieja-- y, además, bajas por menos de 10 días ni se miran, con lo cual nuestro alumnado perdería una semana de clase completa. ¿Quién hace estos cálculos? Si yo fuera Susana Díaz, abriría una investigación y cesaría inmediatamente a los ineptos que hacen estas cosas; pero ella no es yo...

En cualquier caso, ¿por qué no se me ha puesto algo así en la motivación? "No le pagamos si se va"... Habría acatado la Normativa y tomado una resolución personal. Voy a decirlo con toda prevención porque sé que perjudico a gentes que viven de esto y no tienen otros ingresos: Yo estaría dispuesto a renunciar a mis honorarios del CAL e ir todas las semanas una vez a promocionar la Literatura y el libro por toda la provincia o fuera, ya que si el permiso no se otorga por cobrar, supongo que lo darían si no se cobra ¿no?

Yo sé, porque lo vivo, que la Autoridad de un profesor viene por su conocimiento, su pasión en el aula y el prestigio externo (publicaciones, actuaciones en público... ). Al suprimir la carrera docente y la investigación (nos han excluido de los proyectos I+D+i, me sacaron de uno en el que estaba), están hundiendo más --no digo novedades si afirmo que estaba hundido-- el Sistema Educativo. Todavía algunos se preguntan qué pasa. Esto es lo que pasa, sencillamente, por eso es una mierda.

Desde luego la idea del estímulo a quien trabaja y hace cosas... parece que no cuela; gratis, eso es, gratis, como nuestros políticos lo hacen todo, gratis et amore, les encantaría que hiciéramos eso. ¿Hasta cuándo van a abusar de nuestra paciencia? Están destruyendo el futuro de generaciones que serán sólo carne de contratos temporales, sin estabilidad ni económica, ni cultural, ni capacidad crítica, ni nada. Si tuvieran un ápice de decencia en la Consejería de Educación: deberían hacer un listado de profesores con actividad intelectual demostrable --no esos pelotas que merodean el Poder-- y elaborar programas de intervención de ese personal por todos los Centros Educativos Andaluces pagándoles los desplazamientos y un incremento fijo en la nómina, poca cosa, lo justo para sentirse valorados; cuántos pueden ser, 500, 1.000 entre los 100.000 docentes... Eso enriquecería y estimularía las aulas y al profesorado... No esa logorrea pseudopedagógica, no esta burocracia estalinizante que no mira hechos, eso obligaría a trabajar a los Servicios de Inspección, que ahora sólo son estamentos intermedios de transmisisón de la Obediencia Debida --jamás ponen en entredicho el valor educativo de una Norma o una actuación--, eso haría trabajar a las Directivas de los Centros --la Autoridad hay que ganársela--, y pondría el objetivo en el prestigio profesional... no en el carné... del partido. Lo demás, es silencio.

PD: la actividad fue interesantísima, 63 jóvenes casi bachilleres con la boca abierta 90 minutos, preguntando qué leer y con alguna lagrimilla de emoción. Justo lo que estos "nosotros-no-cometemos-errores", que decía Solchenitsin, no son capaces de hacer. Uno enseña contra la Consejería, triste realidad, tome nota, doña Susana.







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