lunes, 9 de junio de 2014

Susto

"SUSTO", Huelva Información, 2-6-14



Me ofrezco a explicar a los dos grandes partidos los motivos del desencanto del electorado; soy más barato que esos asesores afortunados (de "fortuna"). Basta ver el papelón televisivo de don Luciano Gómez, preboste de la UGT en Huelva, defendiendo a la inocua industria química onubense, inofensiva, vamos que los 130.000.000 de toneladas de fosfoyesos podríamos repartirlos para los geranios de nuestras abuelas o sembrar en ellos fresas.
Con los resultados de las elecciones europeas (sin cocinar a la D'Hondt), una coalición de partidos pequeños podría gobernar España dejando a un lado a los dos mostrencos. Felipe González es un profesional, y bien remunerado, quizá sabía lo que decía cuando proponía un gobierno de salvación nacional PP-PSOE; como diría don Luciano el del sindicato: todos necesitamos comer y eso es sagrado, salvemos la barriga para no perder nivel de vida y tener que volver a África.
Hay una parte importante de la población que ya no quiere ser sierva del bipartidismo, porque es evidente que los socialistas-populares no miran por el interés de la sociedad sino por el de ellos y sus financiadores, y lo triste es que, cumpliendo la profecía marxista, han convertido el Estado y su legitimidad legal en la defensa de los intereses del dinero. Un sindicato de izquierdas defiende al trabajador y tiene de fondo un modelo de sociedad... que después nos metemos con los yanquis y la UGT y CCOO se parecen cada vez más a esos sindicatos mafioso-liberales de los USA, don Luciano...
Alerta que la extrema derecha comience a manejar la patente de corso del Poder en Europa. El cóctel que mixtura degradación social con incultura es muy peligroso, porque suele eructarse en forma de fascismo. Si al mismo tiempo hay una izquierda consciente que necesita defenderse, ya tenemos lo que antes se llamaba las dos Españas, las dos Europas.
Doña Susana Díaz está viendo lo que pasa y aunque disimule está remojando sus barbas eurovisivas; los dos grandes partidos se están hundiendo por el peso de una corrupción que Alaya está demostrando como estructural, por eso no quiere cortar en pedazos lo que todos desean fragmentado, porque el Estado son: ellos. Susana Díaz ha perdido las elecciones tanto como Cañete, ella 9 escaños y él 8. Es un susto. Todo lo demás es demagogia, incluidos los titulares de una prensa que no se entera que pierde lectores cada vez que apoya explícita y bobamente a uno de los dos partidos; tener ideología no es ser un abanderado.
Hay una ciudadanía que quiere un cambio en la política, en el sindicalismo, en la economía y en la prensa, pero éstos pelean pura y duramente por el Poder. Y de forma burda. Como dijo Unamuno: venceréis pero no convenceréis.








A don Luciano Gómez: Salud.

En Democracia, la prensa juega un importante papel; cuando uno está en lo Público, se sitúa en el objetivo de los comentaristas, y ésa es una de las garantías de la Libertad. Asumir las críticas es parte del oficio. Imagine, don Luciano, que todo político del PP al que usted critica le contestara en los mismos términos que usted usa conmigo... El Tribunal de la Razón, llamaba a esto Kant.
Sospecho que por cuestiones de imagen no confiesa usted su formación, porque está claro que en su respuesta a mi artículo pretende usted una "captatio benevolentiae" haciéndose la víctima indefensa, lo que es todo un clásico en el arte retórica, aunque algo manido.
Por cierto, el tema de mi artículo tenía que ver con el resultado de las elecciones y no con la contaminación en Huelva; en su respuesta dedica usted el 90% del texto a hablar otra vez, esta vez con algún dato más que en su desafortunada intervención televisiva, de la contaminación y los beneficios de los fosfoyesos, por lo que colijo que usted coincide conmigo en que sus palabras con Jordi Évole transmitieron una imagen que conviene limpiar a toda costa y que le ha dañado. Cuando uno tiene un cargo público, reitero, parece que recibir la crítica de otros va en el sueldo, lo que uno hace es valorable. Esto constaté yo, nada más.
En realidad, usted ratifica el contenido de mi artículo, porque un sindicalista de izquierdas defiende al trabajador contra el abuso del capital y las empresas, y uno vertical defiende a la empresa que es la que da de comer al trabajador. No sé si ve la duda que transmite con su discurso; si yo fuera afiliado de UGT, me sentiría incómodo.
Y le voy a decir por qué no soy afiliado; soy profesor de instituto y he sido más de diez años interino, sin ni siquiera oposiciones, y ustedes, junto a CCOO, no movieron un sólo dedo para defendernos ante la "patronal pública"... Repase los resultados de las elecciones sindicales en ese sector hace unos 10 años...
Quiere usted llevar razón y hoy, 5 de junio de 2014, casualmente su página web publica unos datos de un estudio que, según afirman, vincula el cáncer en Huelva con las desigualdades sociales. Probablemente llevan razón, es verdad, y vivir en barriadas poco oreadas en los extrarradios de Huelva y trabajar en talleres, o manejando productos químicos en el campo, haber estados en barras de bar con todo el mundo fumando días y días e, incluso, haber trabajado en las industrias químicas onubenses a pie de obra... provoca más cáncer que estar en un despacho o en urbanizaciones de viviendas unifamiliares por el lado contrario al Polo Químico. Ahí estamos de acuerdo, está vinculado a la desigualdad social. Por cierto, en Filología estudiamos que conjuntar textos de un autor compuestos en épocas diferentes es modificar su intención. Quizá, dado el avance de la Medicina en las últimas décadas, el hecho de que la mortalidad siga más o menos igual que antes de llegar el Polo quizá demuestre lo contrario de lo que pretenden defender.
Anteriores estudios del CSIC sobre la mortalidad en esta tierra, en 2001 por ejemplo, parecen mostrar alguna desviación que avalaría la posibilidad de que algo sea "diferente" por aquí, respecto de otras ciudades españolas. Y en el que citan ustedes se afirma que la sobremortalidad por todo tipo de enfermedades en Huelva se sitúa, según los datos registrados por el Instituto de Salud Carlos III en 2012, en un 13% superior en el caso de los hombres, y en un 10% para las mujeres, y no excluye que esto pueda tener relación con la industria. Es más: sí revela un aumento de la proporción de muertes por tumores malignos respecto al total registrado desde que se implantara en Huelva el Polo Químico, que antes oscilaba entre el 17% y el 14% en hombres y mujeres, mientras que durante el periodo 2000-2004 esa tasa se incrementó hasta el 30% en hombres y el 18% en mujeres. (Estoy citando el extracto del mismo que publica Huelva Información). Lo que dice es que en sectores desfavorecidos de la población se produce esta desviación. Lo de antes, vamos, que los pobres mueren peor. El profesor de la Pompeu Fabra Joan Benach y su Atlas de mortalidad en áreas pequeñas en España también dice algunas cosas interesantes que supongo conocerá.
Verá usted, don Luciano, yo he vivido siempre en Huelva y recorrido la ría desde la carretera o sobre el agua desde que tengo uso de razón, y no estoy muy de acuerdo con su defensa de la inocuidad del Polo. Lo he padecido; mis hijos, como muchos onubenses, tuvieron que acudir recién nacidos a Urgencias varias veces con bronquiolitis, justo hasta que me fui a vivir al campo 30 kilómetros tierra dentro. Más allá de estudios técnicos, si usted es de Huelva, sabe, ha visto y padecido lo mismo que yo.
No le veo a usted tan preocupado por el nivel de subcontratación de los trabajadores de la industria onubense y sus consecuencias en seguridad laboral, disminución de ingresos por salario, fomento de la precariedad, minusvaloración de la formación... Ni por las políticas de progresiva sustitución de la actividad industrial por alternativas, porque hace falta estar ciego para ver que poco a poco esa actividad decae y no vemos que el Ayuntamiento, por ejemplo, esté avisado.
Con respecto a lo de "catedrático", debe tener usted más información que yo; soy un vulgar docente de Enseñanzas Medias y hace años que tenemos vedado llegar a la condición de Catedrático, aunque creo que reúno sobradamente los requisitos; su sindicato sabe mucho de esto, por eso digo que quizá usted esté más informado que yo. Le agradezco la noticia.
Verá, tengo tres hijos y un salario que calificaría como casi digno, aunque con la aquiescencia de su organización me lo han bajado repetidamente, además de haberme incrementado el número de horas directas de clase y el número de estudiantes por aula; no he visto un sólo liberado de UGT en mi Centro explicándome estos hechos, justificándomelos o movilizándome para pelear por lo que suponen de deterioro para mí y los discentes. Ni uno.
Su arrogancia jesúsgiliana me molesta profundamente, porque soy un trabajador con una actividad bastante frenética; ¿no ve usted que al despreciar el trabajo intelectual se sitúa en las cercanías del fascismo más ramplón y rancio? Sí, hay trabajadores del texto, del papel, de los libros, de la palabra, su apología del "primum vivere" estaría bien si no fuera demagógica porque ¿desde cuándo no aprieta usted una tuerca? ¿Y se las da de trabajador frente a mí? ¿Usted vive esa dura realidad de la que habla? Le recuerdo que la JJAA ha sacado una Normativa para que no encarguemos comprar libros de lectura, dadas las dificultades de una población con tasas de paro tercermundistas, y que muchos andaluces sin edad para pensar comen gracias a la caridad privada o de los comedores de los Colegios Públicos... algo de eso vivo a diario.
Con todo el respeto, no estoy de acuerdo. Forma parte usted de ese grupo de personas privilegiadas que han tocado las migajas del Poder y tienen corifeos que les describen la realidad. Está usted fuera del mundo. Por la calle, su tesis de los "fosfoyesos-abono" (un negocio en ciernes para varias generaciones de choqueros que se dedicarán a venderlos en saquitos, yo si fuera usted: invertiría) provocaría risas y, seguramente, vergüenza a muchos compañeros y compañeras legales de UGT que se preguntan a diario cómo es posible que sus dirigentes se mantengan con esta irresponsabilidad, usted, que pidió la dimisión de un Defensor del Pueblo porque solicitó una penalización a Fertiberia; usted, que lleva años anunciando a la prensa su satisfacción por ser amortiguador de la virulencia de EREs del Gran Capital, consensuando cifras de despedidos (no evitándolos) y habiendo perdido toda capacidad de movilización y credibilidad. Anuncia en su web que es independiente de los partidos políticos y después se presenta al Congreso por el PSOE. ¿Desde cuándo no se dedica usted al trabajo por el que se le contrató por sus méritos profesionales?
La izquierda es un sistema de valores, una visión consciente de la realidad y la vida, una coherencia. Yo, que sigo leyendo y explicando a Marx, entiendo su posición, don Luciano: pura ideología en el sentido negativo, la estructura fundamenta la superestructura. Es usted el reflejo de los poderes dominantes de su época, está fuera de la lucha de clases hace mucho tiempo, porque no actúa desde un análisis consciente de la realidad: sus argumentos son reaccionarios, recuerdan a esa patraña inocente de estos días en los que se admite un sueldo de miseria y se agradece, al menos, tener trabajo. A usted le pagamos, y a mí me pagan ustedes, por despertar la conciencia crítica, por defendernos dentro de las Leyes para conseguir un sistema más justo, por resolver conflictos sociales, no por aspirar a la subsistencia, esa vieja zanahoria del liberalismo inglés y del caciquismo hispano del XIX más brutales.
Metafísico estoy porque no como, que decía Cervantes, porque veo el sufrimiento, por eso son más importantes que nunca las ideas para debatir y legislar. Por eso yo estudio, pienso, doy clases y publico. Le critico por esto: porque usted es conservador; es un soporte del sistema actual. Su época ha pasado, salga a la calle y hable con la gente, incluso dentro de UGT. Verá lo que le digo.

Yo no usaré el periódico para contestarle, sería poco ético y maleducado incluso. Le envío esta carta por si tiene a bien distribuirla en su sindicato y yo me limitaré a colgarla en las redes sociales y mi blog donde la podrán leer mis amigos, que me han escrito un poco enfadados con usted.

Puesto que no es una cuestión personal, le envío un saludo amistoso, en todo caso, de Francisco Silvera.

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