lunes, 28 de julio de 2014

Topando

TOPANDO, "Huelva Información", 21-7-14



Cuando viajo entro siempre en las iglesias, los cementerios y los mercados de abasto. Y no es nada raro encontrar en placas, dentro de los templos, o en publicaciones que explican la historia de los edificios y sus patrimonios, listas de "mártires" de la Guerra Civil o explicaciones del expolio de las "hordas rojas". Vaya por delante el respeto a estas víctimas y el repudio a las pérdidas artísticas... no creo que a nadie sensato se le pueda ocurrir disfrutar con ello.
Sin embargo, llama la atención que las cunetas de España estén repletas de represaliados, de un bando u otro (aunque la proporción es de casi 2 a 10, adivinen cómo repartir), y que se ponga como excusa lo innecesario de reavivar aquellas viejas pendencias; por la carretera de La Rábida pueden ver una llamada de atención en una alambrada a la orilla del camino o en La Palma del Condado calles a curas "mártires", mientras la chavalería juega sobre 200 muertos arrojados a una fosa que ahora es un parque.
La Iglesia no puede pretender que beatificar desde 1987 en España a 1.000 mártires de las "persecuciones de los años 30" —encuentro este eufemismo en una web de la causa— sea un ejercicio ecuménico de pacificación; nunca ha hecho una lectura autocrítica, leo alucinado a Escohotado y su historia del comunismo... que incluye al cristianismo. Cuando era un muchacho me explicó un cura en clase, ante mi insistencia, que la Iglesia era estática frente a la Historia, las circunstancias de lo humano se alteran pero el carácter divino de la Santa Madre Iglesia hace el milagro de que ella ni sea responsable ni intervenga en las cosas del siglo. Claro, visto así, todo el que critica a la Iglesia ataca a a la fe, ataca a lo íntimo de la creencia... pero permítanme, ése es un juego tramposo, la Iglesia la hacen hombres y algunos de ellos abominables. No creo que el Coronel Rouco Varela, digo Monseñor, sea unívocamente la imagen de la fe, la esperanza y la caridad precisamente, muchos lo vemos como un político reaccionario, virulento e irracionalmente conservador, al lado de los poderes fácticos menos cristianos en sus derivas. Esto no es contra la fe, es sobre una persona.
Gustan de estas trampas ideológicas las religiones, como el concepto de "vida", "derecho", "persona", "libertad", "alma", "verdad", que emplean con significados que la población media no entiende, y no engañan pero... Predicar se les da bien, pero el trigo se lo quedan; los fieles nos manifestamos por la familia tradicional, reclamamos al Gobierno ayudas a la maternidad y leyes antiaborto, pero yo, que soy de los de 5 entradas cuando visito catedrales y otros templos de guardar, no consigo que me hagan descuentos por familia numerosa, no lo contemplan. Como para no topar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario