martes, 14 de julio de 2015

Responsables

RESPONSABLES, Huelva Información, 8-6-15



La Historia se repite, esta vez toca como farsa. La derecha democrática española, esto es: el PP (pronto Ciudadanos), está volviendo a perder los papeles y está fomentando tras una crisis económica brutal sin resolver y después de años de cultivar el tradicionalismo, el fanatismo religioso más papanatas y el caciquismo corrompedor más vergonzante, está promoviendo las visiones totalitarias del fascismo ramplón de taberna para defenderse de unas urnas que le molestan. Y lo triste es que este PSOE colaborador, esclerotizado por la falta de ideología y los intereses económicos de sus negocios privado-institucionales, se encuentra incapacitado para frenar esta espiral neofascista de consecuencias imprevisibles.
La estrategia de esta derecha reactiva siempre ha sido la misma, crear el caldo de cultivo para justificar su intervencionismo; no retrato una izquierda inocente, pero si se decide votar a gente que quiere cambiar las leyes en favor de la mayoría electora: la libertad es asumir la consecuencias. Esta derecha chulapa e insurgente sólo admite la democracia cuando sopla sus velas. Cuando no es así levanta a la población, fomenta la algarada amparándose en la libertad de expresión y comienza su derroche demagógico hasta la provocación y el movimiento de salvación (ellos). "Grosso modo" esto fue el 36.
No quiero alarmar, no estamos en esas vísperas. Sólo aludo a la responsabilidad de personajes desfasados como Esperanza Aguirre, o Nuria Losada, esa concejala que augura la quema de conventos y la violación de monjas o la conversión en puticlubs de las plazas de toros; si no son conscientes es que son tontas y si lo son: alguien debería echarlas del partido por prestigio y dignidad de sus votantes. A estas alturas uno no sabe si Podemos son prosoviéticos o nazis. Es curioso que esa "mayoría silenciosa" que, según Rajoy, les vota puede ser protaurina, militarista, tradicionalista, revisionista (con el fascismo, el nazismo...), patriotera, veladamente franquista, clasista, moderadamente xenófoba, reaccionaria y católicamente retrógrada, pero si asoma su patita alguien que no sea "normal" como ellos: que lo sea, pero callado; que lo sea, pero sin gobernar; que lo sea, pero en su casa... porque no es lo que Dios manda.
A mí me la reflonflinfla que piten al Rey, al himno, a la bandera de España, Andalucía o el Recre. Azuzar la gilipollez de unos nacionalistas independentistas desde el unitarismo patriótico me parece ver a un narcisista idiota insultando hasta morir a su propia imagen. Yo no perdería un segundo pitando al himno, pero tampoco insultando a quien lo pita. Que les den. Me preocupa la pobreza infantil, el empleo denigrante que se crea, el drama educativo español, la masificación (Ortega) de una sociedad en declive, porque ése es el basamento del fascismo que algunos agitan. Me da miedo un gilipollas con pistola, no un cretino con silbato.

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