¿PUEDO?, "Huelva Información", 11-8-14
El abate G. de Mably decía que "El lujo proporciona a los ricos todos los vicios de la pobreza". Relean bien, porque quizá haya pocos diagnósticos más preclaros sobre lo que está sucediendo: una sociedad desideologizada, profundamente inculta que se reencuentra en la tradición, lastre insuperable para el humanismo; una sociedad que adorna con tecnología y dinero sus objetivos, sin consciencia de la fugacidad de la vida y de su insignificancia.
No me pierdo en "metafísica filosófica imaginaria", sino que voy a ser tremendamente realista. Reconozco que había perdido la fe en el ejercicio democrático del voto. La difuminación entre los dos partidos mayoritarios y la imposibilidad de romper el bipartidismo me desesperaban. Y no era una cuestión mía; observen las renovaciones, se producen con gente cuyo único mérito es haber entrado joven en la organización, cumplir con misiones irrelevantes hasta que les toque su turno. Ya con Zapatero nos dimos cuenta, y el "efecto Pedro Sánchez" no existe, porque todos sabemos que este partido se debe al sistema; lo llaman responsabilidad de Gobierno, y lo es, pero también es la conservación del orden para que los poderes económicos derramen sus migajas y los desgraciados acepten su realidad, eso sí, contentos y saciados de basura. Y eso no es izquierda.
La pobreza y la riqueza coinciden cuando ambas se ceban de la ignorancia. El pobre quiere lo del rico y el rico quiere lo que no podía tener cuando era pobre. La misma miseria. Porque son las ideas las que hacen a una persona. Y en esto llega un partido, seguramente demagógico, equivocado, incapaz de lidiar este toro que es España, lo que quieran, pero llega con un programa y un líder que habla con ideas, discutibles, seguro, y el PSOE se asombra de que desde la izquierda lo conviertan, según el CIS, en la tercera fuerza en intención de voto; y el PP alucina pensando que la división de esa izquierda le consolida en el poder, sin querer ver que la sociedad está revisando las formas políticas y que una parte muy importante vive y piensa ya de manera diferente a lo que ellos suponen normal.
La caída será dura, Podemos se corromperá; la comparación con la ilusión por Felipe en el 82 es pertinente y la experiencia terrorífica; pero mientras reabra el debate (porque la economía no es un programa sino un organismo que se retroalimenta permanentemente con su entorno, caótico, impredecible, hay una zona oscura que es psicosocial), mientras vuelva la Política, bienvenidos sean los Iglesias y otros, porque cuando la élite sólo aspira a rellenar sus cuitas de pobre, la explotación sin límite es el medio más rápido, y ni PP ni PSOE ni organizaciones empresariales ni sindicatos tienen en sus programas poner freno a esta inmundicia. Por eso forman parte de una casta.
No podríamos coincidir más querido Paco, como en otras ocasiones. Difícilmente puedo vislumbrar un Podemos como partido con opciones de gobierno, aunque solo fuera por razones meramente de escala. No es menos cierto que hay, a mi entender, en estas recetas un cierto porcentaje de demagogia (a fin de cuentas, dónde no la hay). Pero lo que es indudable es que estos recién llegados han venido a hablar de política, con todas sus imperfecciones, pero política al fin y al cabo. Se les tacha de populistas porque, dicen, endulzan los oídos a sus potenciales votantes con mensajes simples y directos referidos a la inoperancia de las castas políticas arraigadas. Puede ser. Pero a diferencia de los mensajes no menos populistas de los partidos tradicionales, no parece muy difícil entrever que este mensaje es parte de una estrategia diseñada para sacudir a la entumecida ciudadanía; creo que los dirigentes de Podemos son plenamente conscientes de que, si bien su éxito real (Europeas) y potencial (encuestas) han superado lo originalmente esperado, no son un partido con capacidad de gobierno (tener acceso a tantas instituciones supone una infraestructura muy desarrollada y dimensionada, recordemos el caso de UPyD en sus orígenes).
ResponderEliminarPero estos individuos son unas rarae aves en el circo político español, ya que su nivel de formación es absolutamente superior a la mediocre media existente (no puedo más que sonreír cuando recuerdo los mensajes de "jóvenes sobradamente formados" que lanzaba el PP refiriéndose a las nuevas hornadas de sus cachorros provenientes de Juventudes). Y creo que estos mensajes absolutamente directos están perfectamente diseñados para que su pegada sea la necesaria. Todos llevamos tiempo quejándonos de lo mismo, pero este nuevo partido político sin ataduras ni hipotecas ha llegado para canalizar esas quejas y dejarlas caer, si las encuestas no se equivocan, en el corazón del Congreso. Y creo que esto es bueno y necesario.
Nos acordamos ahora de la escasa trascendencia de las veladas acusaciones de Maragall en el Parlament acerca del problema del 3%. Ahora empezamos a saber que ese 3% se quedaba en realidad muy corto, pero Maragall no pudo ir más lejos por las implicaciones de su propio partido. Podemos está, ahora, totalmente libre de ataduras y en disposición de denunciar a pleno pulmón todas aquellas tropelías que los PP, PSOE, IU y demás comparten y esconden. Y esto es bueno.
Podemos irá perdiendo su frescura y libertad a medida que se enfrasque en el cuerpo a cuerpo político; y le surgirán pasados oscuros debidamente traídos al presente para dinamitar su credibilidad. Pero hasta que eso suceda, creo que será la única esperanza de que la Política asome entre la miseria ideológica e institucional que nos rodea. Y ay de aquel que no esté a la altura para navegar en estas aguas frescas.
Muchas gracias por tu avenida de palabras, David. Con nuestra edad, experiencia y búsquedas no podemos sino estar vigilantes. Pero has dado en una clave cierta: pueden hablar con libertad porque aún no tienen cadáveres que ocultar. Hay que aprovecharse de ello. Un fuerte abrazo.
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