11-7-16
¿Ha
pasado Doñana de coto a cortijo? "Cotodoñana" sonaba
rancio, orgullo herido de Andalucía imparable. En esta debacle todo
se va al carajo (lugar en un barco). Imaginen un costoso parque para
niños y que una empresa, con sus perejiles, obtiene licencia para
construir debajo un matadero... sería un escándalo; pues colocar un
gasoducto debajo de Doñana es una estulticia del mismo calibre, por
mucha legalidad, plazos, documentación fragmentada, permisos, etc.,
que la adornen. Y los políticos que lo van a permitir por acción
(PP) y omisión (PSOE-Cs, pacto andaluz) van a ser responsables de
uno de esos autos contra la sociedad española que difícilmente se
olvida. No se trata de Leyes, se trata de ética y de tener un
proyecto medioambiental. Porque lejos de tolerar algo así, habría
que estar trabajando contra lo que ya hay, porque este oxímoron del
gas y Doñana ni es nuevo ni coge de sorpresa a nadie. ¿Por qué no
poner un central nuclear detrás de la Ermita del Rocío? Total, no
dan tantos accidentes (modo irónico).
El
día de la noticia este periódico en sus titulares no le da
relevancia; el ayuntamiento de Almonte parece negarse con la boca
chica y argumenta con más política que ecología por ser cosa del
PP (¿no estuvo don Felipe González por aquí?); la Presidenta de la
Junta saca pecho anunciando 14.000 hectáreas más de zonas
protegidas cuando se la interpela en el Parlamento y el Consejero
Fiscal: legalidad; el mismo viernes día 8 se reune el Pleno del
Consejo de Participación de Doñana y, aunque quiero suponer que se
trataría el asunto, en el orden del día ni aparece, cuando habría
merecido una reunión extraordinaria y una oposición lógica a esta
barbaridad. Heineken sí estaba, ellos sí dan.
El
"Agua ya" es otra irresponsabilidad que debieron solucionar
los políticos hace muchos años y que pagarán nuestros hijos, hay
alertas internacionales más que graves sobre la situación de los
acuíferos, sin nombrar a Matalascañas, Mazagón, El Rocío...
Gastar 11'5 millones de euros y cumplir con los requisitos exigidos
por las auditorías es tan sencillo como dedicar gente a ese oficio,
pero tener cumplimentada la burocracia no es suficiente: creer en
Doñana como pulmón necesario para Europa y África y defenderla
como parte del futuro del planeta es otra cosa, se necesita grandeza
de ideas.
Pero
nuestros políticos valen para cualquier roto, del Parlamento pasan a
un Puerto o al Adif o a la banca o a una Embajada, después se rodean
de técnicos cómodos que solucionen los problemas que ellos mismos
crean y así va la maquinaria. Y las grandes corporaciones saben cómo
engrasar este mecano, cómo embadurnar con valvulina todo para que
fluya como espejo de su filantropía más que probada, grandes
corporaciones que mantienen lagunas y ponen pasta para conservar el
medio ambiente de todos... ¿no? (modo irónico otra vez).
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