"FOMENTO DE LA INVERSIÓN", Huelva Información, 17-2-14
Con la edad, yo de izquierdas, me reconozco bañado de liberalismo. Estoy con la economía política clásica en eso de que el Estado debe intervenir lo menos posible. No me he vendido, alguien dirá: "¡Para uno que quedaba...!". Por experiencia, cada vez creo menos en la subvención, por ejemplo en la Cultura, porque observo que los "artistas" que comen de la mano no suelen morder a su amo; esto no significa que no deba haber política cultural, sino que debe ser exquisita y excepcional. Entiendo el sistema americano de filantropía y mecenazgo... con el Estado de fondo para lo que no tiene hueco entre el público que paga.
Por contra, voy notando cómo la derecha neoliberal es cada vez más capitalcomunista; se me ha ocurrido mirar los Presupuestos Generales del Estado y concluyo que somos unos invertidos. Lejos de la imagen de país arruinado por la sopaboba socialista que sólo reclama y no aporta, del vago español de toda la vida, resulta que se va pasta en cantidad para subvenciones de industrias privadas o fundaciones muchas veces de origen político o empresarial, a la promoción y otras clases de subsidios para sectores productivos variados: dos mil ochocientos millones. En cambio, ese entramado de la dependencia, extranjeros, juventud, igualdad, discapacidad, etc., se lleva unos mil ochocientos... y oímos políticos discutiendo sobre la legitimidad de "ayudar" a quienes lo necesitan y a ninguno preguntarse por qué debemos poner nuestro dinero público para promocionar a quienes buscan un lucro legítimo pero propio, oiga.
La izquierda actual sólo tiene un camino: limitar los beneficios, lo demás son monsergas. El Estado no está trabajando como regulador del flujo entre las clases sociales, sino apoyando y financiando al Capital, eso sí con la excusa de que genera empleo... mentira constatable en cantidad y calidad.
No sé si ven la "inversión" de la que hablo, a mí de niño me decían que el comunismo quería que todo fuera de todos, y la empresa actual tiene claro que lo de todos y lo suyo es de ellos; el Capital hoy es una forma de comunismo invertido, entendieron la versión cutre.
La nueva izquierda debe aprender: la Sanidad, la Educación, la Protección Social hacen igualitaria a una sociedad, aspiración de la Constitución, léanla. Hay que dar pie a la gran empresa para que compita sin papá Estado cubriendo las deudas o inventando actividad para generar sus réditos, hay que parar esta locura de multiplicar rentabilidad a cualquier coste, todo gasto público que patrocine a una inversión privada debe replantearse, el Estado no está para suplantar la financiación porque eso maquilla los beneficios; y ésta es la izquierda invertida, liberal.
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