POR EL ÉBOLA, MATO, Huelva Información, 6-10-14
Si por patria comprendemos la riqueza histórica y cultural de una geografía, puedo entender un cierto fervor. Para mí: la Antigua Grecia. Pero estoy un poco harto de la irresponsabilidad de nuestros pseudopolíticos. Ni comparto el patrioterismo cerrado de Rajoy ni la tinta calamaresca de un nacionalismo catalán que desprecia al “fascismo españolista” para terminar imitando su fondo y forma.
Nadie discute ya que Aznar ha sido el Presidente más dañino de nuestra democracia... A él debemos meternos en el ejercicio inflacionista más grave y sin paracaídas, de un día para otro una subida de precios irreal del 66’386% (todavía estamos pagando la locura del euro); le debemos el destrozo de las costas y los pueblos con sus leyes del suelo (y la burbuja y parte de la corrupción); a él debemos estar en la mira de los yihadistas por querer entrar en la historia como un Felipe II renovado; a él debemos esa intrusión con pretensiones de legitimidad de la Iglesia en lo público, que Zapatero y hasta Rajoy han sufrido estoicamente; y le debemos momentos alucinados con su inglespañol propios de Se acabó el petróleo. Pero lo peor es que el señor es fuertote y su alarde de capacidad cojónica le llevó a invitar a una feligresa al escenario a que se los midiera...
Rajoy (un Presidente de Gobierno) y con él la derecha española son prisioneros de esta política tabernaria a lo Millán-Astray que socava las instituciones convirtiéndolas en armas arrojadizas contra el refractario. El órdago catalán enviado al montesquieuiano Judicial sólo conseguirá desacreditar la santa separación de poderes; haga lo que haga el máximo Tribunal tendrá enfrente a los constitucionalistas (¿quién reparte estos carnés?) o a los patriotas (catalanes). Eso sólo conduce al uso de la fuerza, jurídica o sabe Dios...
¿Y Artur Mas? Este honorable va a ser responsable de un enfrentamiento que terminará teniendo carácter étnico infundado, porque cuando las instituciones no valgan para responder ante un pueblo ungido llegarán los que (ya han llegado) legitimarán la desobediencia, la violencia y la segregación... ¿Que va a pasar con las familias de ambos lados? ¿Las inversiones? ¿Las fronteras? Y si hay una décima parte de la población siquiera que no está de acuerdo con ser otro país, ¿se les invitará a marcharse? ¿Qué derecho les asistirá para seguir siendo lo que quieran como los otros?Forzar una independencia con fechas tiene un coste de sufrimiento humano muy grave, callar a una sociedad también lo tiene, por eso yo estoy rompiendo en malo y clamo por una fiscalía que procese a Rajoy y a Mas por rebajar al uso privado las instituciones con las que convivimos en paz el resto de los habitantes de esta península y adyacentes. El problema es otro: es de latrocinio orquestado y de miseria.
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