En Bachillerato estudiamos a Kant y la
Ilustración. Distingue éste un Uso Público de la Razón, cuya
determinación es someter la opinión privada a los límites del
conocimiento y al Universo de los Lectores; y hay un Uso Privado, al
que deben cumplida fidelidad las personas públicas en ejercicio,
pues los obliga la Ley y no hablan como individuos sino en
representación de sus nombramientos, verbigracia: la Carrera
Judicial.
El cese de Emilio de Llera es tan
necesario como la democracia; tras comparar la independencia del
Poder Judicial con la de Hitler y llamar "enferma" a una
sociedad que pudiera votar a Podemos (empiezan a aparecer encuestas
que sitúan la intención por encima del PP, tras la unión con IU),
sencillamente no merece estar en un cargo de Consejero de Interior y
Justicia por antisistema, y cómplice el gobierno que lo sostuviere.
Tiene libertad de expresión como ciudadano pero como cargo público
debe medir lo que dice, y no puede dar a entender que está por
encima de las normas votadas en los parlamentos; si no fue cesado
"ipso facto" es porque nuestra sociedad está enferma pero
no por votar a Podemos (o a quien sea) sino de corrupción, porque si
lo dice y no actúa él es colaborador de la miasma que denuncia, ya
que es el máximo representante del ramo en Andalucía.
Y si es verdad que el juez que
sustituyó a la exparlamentaria Victoria Rosell ofreció a un
acusado, a cambio de condescendencia judicial, putearla por ir con
Podemos... muchas cosas siguen aclarándose y da mucho miedo. Empieza
a parecer que importa cualquier medio para evitar perder el cotarro:
circula una retahíla de sandeces propias de la demencia... y la
intolerancia. Este discurso del miedo y la exclusión de lo "anormal"
es propio del fascismo; han agredido a la Directora del Jueves
por hacer un chiste antinazi, el mismo José Mota ha debido pedir
disculpas por una chorrada de gag... Algunos lo llaman "diseño
de contenidos" o "línea editorial" pero es censura,
afirma con inteligencia el humorista Manu Sánchez.
Vivimos una época crucial, porque las
ideas que sustentan nuestros valores constitucionales le importan un
carajo a los partidos mayoritarios que nos han manejado, hasta ahora.
Es una impresión mía: se legisla para evitar responsabilidades
derivadas de la incompetencia de gobernar, como ocurre con la
inquisitorial petición de justificar no tener antecedentes de
agresión sexual a menores para trabajar con niños, ¿no puede
controlarlo el Estado con sus bases de datos?, ¿desde cuando debemos
probar nuestra inocencia? Sólo les interesa el Poder y vendernos la
ficción de una democracia que, de seguir así, va a ser una parodia
de mal gusto. De esto deberían hablar un alto cargo de Justicia, de
estos valores que se estudian en Bachillerato y que, desde su altura
soberbia, ya no recuerda.
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