sábado, 25 de enero de 2014

Aleluya

"ALELUYA", Huelva Información, 30-12-13



Hubo un tiempo en el que —yo en los Maristas— éramos forzados a leer al de Berceo y al de Hita... Ahora, de mayor, ando yo releyendo a Gonzalo y oyendo a Haydn cuando, ¡tate!, veo el milagro de la abadesa embarazada; basta leer estos prodigios para comprobar lo asiduo de lo sexual en la vida conventual de la Baja Edad Media (y de la Alta).
Una abadesa, que "pisó por su ventura / yerva fuert enconada" y claro "[…] fallóse embargada", pide a la Virgen que la libre de la preñez; Berceo, sutil, transmite cómo sujetos a las pasiones llegamos donde no queremos y deseamos volver atrás. La Virgen la partea sin dolor y le lleva el niño a un eremita; la abadesa salva su honra y, tras confesar al obispo, deciden educar al menor, llegando a sucederle en la cátedra. La Virgen les soluciona la vida evitándoles un embarazo no deseado. Con imaginación, y sabiendo que en esa época lo sobrenatural era lo natural, ¿fue todo un ardid de la abadesa y el obispo?
En Berceo hay doctrina pero no moralina. La Virgen salva a la monja fornicaria. Yo respeto profundamente al cristianismo. Pero se nos olvida que fe y razón se rechazan naturalmente; ya lo dijo Tertuliano, un Padre de la Iglesia. Las argumentaciones racionales, el conocimiento, nada tienen que ver con la fe, con creer; ningún sabio de la Iglesia ha antepuesto razón a fe, hasta el Aquinate vio claro su límite en la duda.
El concepto de "vida" de los cristianos es un dogma de fe, no ciencia. La razón puede deliberar sobre cuándo un feto es viable; pero si aún no lo es: eso es un feto, no una persona. El argumento del "nasciturus", pese al latinajo, no sirve a no ser que uno se "crea" que un espermatozoide y un óvulo en 48 horas son un tipo como usted o yo. Los grupos "pro vida" cristianos consideran ilícitos los anticonceptivos, porque el sexo tiene una misión natural, o sea: divina, que cumplir... ¿Se debe legislar sobre ello?
Yo respeto a quienes no quieren abortar; ninguna norma les obliga. Sin embargo, bajo la desvergonzada percha de la defensa de la mujer, Gallardón, otrora el moderno del PP, nos mete esta rueda de molino sin más razón que la fe. En mi opinión, gobernar así debería ser delito, usa su cargo para obtener la Salvación: cohecho; y para su conciencia no hacen falta abortistas, que piense en Dios con tantos miles de niños muertos por hambre, o al vivir en su opulencia ministerial mientras España se consume, a ver si estamos agarrando la fe por la hojas.
El Paraíso se gana sin ambición, sin juzgar a los demás, procurando actuar en conciencia y evitando la obrepción, que es construirse la santidad para que el Jefe nos premie... pero es Omnisciente, cuidado, cristianos... lo aprendí con los Maristas.

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