La
mandíbula de cristal del PSOE es tan sorprendente como la cara de
hierro del PP. Rivera e Iglesias llegan con la mochila casi limpia al
Congreso, con algún muerto en el ropero pero nada más allá de lo
construible por un periodista interesado. La crisis en España ha
servido para levantar varios velos que nos tenían anestesiados,
aquello de Marx de que lo económico condiciona lo intelectual puede
ser...
Porque
dejar a un tercio de España tirado otra vez en los años 60 nos ha
llevado a mirar para arriba y constatar que quienes nos han explotado
tan vilmente eran los mismos (o sus herederos) que crecieron al
amparo del franquismo, las mismas familias a las que, hasta ahora,
nadie pidió cuentas, incluida una Casa Real oscurantista y
maquiavélica (en el sentido literal). Eso ha llevado a mirar también
a los partidos que les han hecho el caldo: uno que es la evolución
natural de la dictadura, y se molesta cuando se le recuerda pero
algunos de sus principales fundadores compartieron mesa en Consejos
de Ministros que firmaron penas de muerte y participaron activamente
en la represión contra los demócratas; el otro partido, arrastra
tras de sí una derrota por caminos que a los viejos luchadores
avergonzaría, porque sí, nunca se probó nada contra Felipe
González personalmente pero que yo sepa un Ministro del Interior
suyo y un Director General de Seguridad, entre otros cargos, fueron
condenados en firme por organizar un grupo terrorista financiado con
fondos públicos, y cuando se habla de responsabilidad política yo
jamás he entendido como este individuo en vez de homenajes y
admiración internacional no calla o se le manda callar por vergüenza
de nuestra patria.
Si
a esto le añaden los 80 ó 90.000 millones de euros que nos cuestan
en corrupción directa, o sea: robo con alevosía, ¿quién se
extraña de los momentos desabridos en los debates de la semana
pasada? Demasiado corteses, el pueblo español demuestra tener una
capacidad de sufrimiento fuera de toda duda. Nuestra Historia es la
represión brutal de una gente que jamás ha conseguido liberarse de
una oligarquía que usurpa las banderas, los himnos, la hispanidad, y
que cuando se le denuncia en público saca la fusta y golpea con
sarna hasta enmudecer al siervo. Yo veo a González como un tipo muy
listo que enseguida supo ver de qué iba el partido y se apuntó al
bando ganador.
Me
interesó mucho el discurso de Joan Tardá, de ERC; no porque lo
compartiera, a mí la independencia de Catalunya no me inspira, pero
estaba construido sobre una realidad histórica no oficial,
alternativa y no por ello menos real, cualquier persona con unas
mínimas lecturas sabe que la Historia no existe: se escribe. España
debe revisar la suya reciente, poner a cada uno en su sitio sin
revanchas pero sí con Justicia; un nuevo Parlamento debería ejercer
esa responsabilidad, y un poco de “Mea culpa”.
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